CALIFORNIA, Estados Unidos.- Una de las partes del cuerpo femenino que más atrae a los hombres es, sin dudas, el busto. A lo largo de los años, muchos son los que se han preguntado e intentado investigar las causas de esta preferencia, sin haber llegado a una respuesta contundente.

Sin embargo, existen varias hipótesis que aproximan ideas que tiene mucho sentido. Por ejemplo, la que plantea la corriente evolutiva. Es decir, la idea de que, con el paso de los siglos, se ha asociado el tamaño a algo beneficioso.

Por otra parte, hace algunos meses, los neurocientíficos Larry Young y Brain Alexander señalaron que todo se debe a la oxitocina, una hormona liberada en la lactancia. Esta sustancia provoca gran placer en el pequeño y motiva la unión, en primer lugar con su madre, y en segundo término, con sus pechos (de donde obtiene el alimento). Esta obsesión, por lo tanto, se mantendría durante la edad adulta y vendría integrada en el ser humano.

Con todo, también existen una serie de teorías que determinan que los hombres adquirieron esta obsesión de forma evolutiva y con el paso de los siglos. Concretamente, una de ellas afirma que, cuando el ser humano comenzó a caminar erguido, el centro de atención en las mujeres era el pecho, lo que provocó su interés por parte de los varones.

Al parecer, siglos atrás los hombres habrían escogido a sus esposas en base al tamaño de sus senos, pues eso denotaba que estaban bien alimentadas y podían amamantar a sus futuros hijos sin dificultades. En concreto, los varones de clase baja serían los que habrían preferido a este tipo de mujeres. Es decir, las más adineradas.